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A mis trece años de edad, el día 2 de Diciembre de 2007 inicié ‘El Balcón de Jame’. Este humilde espacio, cuyo secreto siempre fue el de compartir sin recibir nada a cambio, me dio la oportunidad de conocer un mundo nuevo, un entorno en el que me sentía yo mismo.

Hoy, 17 de abril de 2011 finalizo esta etapa de mi vida con una gran sonrisa y junto al recuerdo que este blog y cada unos de vosotros me habéis concedido.

He sido bloggero.

Jaime Trujillo Escobedo.

El Pastor Garafiano, gran adaptación al medio


Los auténticos amantes de los animales profesan su incondicional amor a los perros independientemente de la raza a la que pertenezcan. En este sentido, son muy numerosas las razas que conforman el universo canino: Dálmata, Collie, Dobermann... El catálogo es ciertamente extenso. Sin embargo, aún existen variedades desconocidas para la mayoría de los admiradores de los perros; tal es el caso del Pastor Garafiano.

En las islas afortunadas, concretamente en la Isla de Palma, es donde tenemos que buscar los orígenes de esta peculiar raza. Concretamente, en la región de Garafia, de la que toma el nombre. Esta tierra de frondosos bosques y raíces volcánicas ofreció en su día las condiciones idóneas para la recuperación de un cánido cuya ascendencia se pierde en un pasado lejano y de la cual se poseen datos aún imprecisos.

Antes de la conquista
La población aborigen de las Islas Canarias es la que facilitó la cuna que convirtió al Pastor Garafiano en una raza autóctona. Antes de la conquista de este paraíso del Atlántico a manos de los peninsulares, los pobladores procedentes de la inabarcable África ya traían consigo ejemplares caninos. A partir de la llegada de otros perros europeos desde España, la raza fue evolucionando mediante cruces.

Gracias al mestizaje, el Pastor Garafiano ha conseguido adaptarse de forma asombrosa al medio que vio desarrollarse a sus antecesores, sin perder un ápice de las virtudes de los primeros pastores. Al mismo tiempo, ha sabido hacer suyo todo lo bueno de ciertas razas procedentes de Inglaterra y de otros países de la Vieja Europa con los que compartió territorio debido al intenso tráfico comercial y a la intensa combinación de culturas.

Los campesinos y ganaderos de la escarpada y poco accesible región de Garafa fueron los primeros en ver en este excelente perro un buen apoyo para sus menesteres. Entre riscos, rebaños de cabras y abundante vegetación, el Pastor Garafiano se portó como un can sorprendentemente cómodo y útil para el ser humano, ya fuera bajo el sol de justicia como con una lluvia incesante.

Recuperación óptima
Si hay que agradecerle a alguien el hecho de que ahora podamos disfrutar de este virtuoso can, esa persona es Antonio Manuel Díaz Rodríguez. Una bondad extrema hacia la situación de impureza a la que había llegado este hermoso pastor, movilizó a Antonio Manuel en la búsqueda de instrumentos que le otorgarán a la raza una oportunidad de supervivencia.

Para la guía y cuidado del ganado bóvido, los pastores llevaban como compañía un perro pastor en el que, ya de niño, Antonio Manuel observaba un carácter envidiable. El Pastor Garafiano mostraba una magnífica docilidad y obediencia, además de poseer una belleza física imponente. Impresionado por el talante del can, logró establecer los recursos necesarios en los años 80 para enfrentarse a su potencial pérdida.

Al frente del 'Grupo de trabajo para la recuperación del Perro de Pastor Garafiano' y con un número significativo de colaboradores, ha ido poco a poco y con mucho esfuerzo, sentando las bases de la raza actual. El trabajo fue muy duro en los primeros momentos debido a la dificultad para la recopilación de información: búsqueda de pastores aptos para tener descendencia, elaboración de patrones, cría de numerosos cachorros, reinserción de los mismos con la población autóctona, seguimiento, etcétera.

Docilidad rústica
Aún no sido reconocido oficialmente su estándar, pero los patrones emitidos por la restauración de la raza son los que sirven de guía. La orografía del terreno en el que se ha desarrollado, le concede cierta elegancia rústica. Un primer vistazo al físico del Pastor Garafiano, nos recuerda al aspecto a un lobo. El tamaño de este perro varía en función de los criterios cumplidos por sus progenitores; así, habrá ejemplares de talla media y otros más grandes.

Podemos establecer un margen de peso tanto para machos como para hembras. En el caso de los primeros, los canes oscilarán entre los 28 y los 35 kilos mientras que las hembras se mueven entre los 24 y los 30 kilos de peso. Al igual que otras razas como el Presa Canario o el Fila Brasilero, su grupa es un poco más elevada que la cruz; entre 1 y 3 centímetros.

Guarda bien la proporción cabeza-cuerpo y posee un cráneo ancho. La amplia nariz de este activo animal es de color negro, mientras que sus ojos tienen matices avellana. Uno de las características más apreciadas es la suavidad y longitud de su pelo de tonos leonados.

Más allá del pastoreo, el Pastor Garafiano ha tomado parte en competiciones de Agility, en certámenes de belleza y, por supuesto, en la vida familiar de muchos hogares. Ante los extraños puede reaccionar con algún ladrido aislado, pero en general se mostrará amable una vez tomado contacto. No sólo es inteligente y privilegiado para el aprendizaje, sino que será un fiel amigo que permanecerá a nuestro lado con tranquilidad.

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El Balcón de Jaime fue terminado el 17 de abril de 2011. Leer despedida.

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