Zapatilla de Venus
Paphiopedilum
La Zapatilla de Venus, siendo un híbrido obtenido a partir de varios cruzamientos, debe su nombre a la forma de su corola (similar a una zapatilla) o al nombre del botánico italiano Calzolari (siglo XVI).
Alcanza una altura de 20 a 25 centímetros y tiene hojas grandes, de color verde claro salteado de manchas oscuras y acintadas.
Sus flores de pétalos hinchados, que se abren a finales del otoño hasta la primavera, adquieren colores muy llamativos, como púrpura, amarillo o anaranjado.
El abonado se realiza entre los meses de mayo a octubre, cada 15 días.
Su riego debe ser frecuente durante la floración, reduciéndose en otoño e invierno.
También es aconsejable vaporizar el follaje (sobre todo en épocas calurosas o ambientes demasiado secos).
El trasplante se hace en primavera (cada 2 años), utilizando un substrato compuesto de poliestireno, corteza, turba fibrosa y, a ser posible, de Sphagnum.
La situación idónea para la Zapatilla de Venus es un espacio luminoso pero sin sol directo (prefiere espacios sombríos durante el verano) y con temperaturas que no desciendan de los 15ºC en invierno.
Puede ocurrir que las hojas se tornen a una tonalidad amarillenta y se quedan colgando del tallo. Esto es algo por lo que no debemos preocuparnos, ya que es natural en las hojas viejas.
Será necesario retirar dichas hojas para prevenir que la planta se pudra.
Si por otro lado, las hojas se marchitan, estaremos ante una falta de riego. La planta necesita más agua (lo que evitará que se retarde el crecimiento).
La multiplicación se puede realizar tanto por división de la planta como por semillas, las cuales pueden plantarse desde verano hasta principios de octubre y tardan en germinar entre 15 y 20 días (a 18ºC de temperatura).
Cabe decir que es sensible a las moscas blancas, las arañas rojas y los pulgones, así como a las enfermedades criptogámicas (Botrytis) que se producen en ambientes sin ventilación alguna.
Escrito por Jaime Trujillo Escobedo