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A pesar de tener un origen confuso, en el año 350 a. C. ya se describía a un sabueso que poseía las principales características del Beagle. Se cree que proviene de la raza Basset Hound y que fueron importados a Inglaterra por los romanos, quienes los utilizaban como cazadores de conejos. En dicho país, la raza se cruzó con otras dando lugar a lo que hoy en día consideramos como los ‘ancestros’ del Beagle: el Foxhound, los Talbot Houndson, los Southern Hound o los North Country Beagle.
Alcanzando un increíble grado de popularidad entre los británicos, entre 1300 y 1400 fueron utilizados por Eduardo II y Enrique VII; que dotaban de una jauría de Glove Beagles (denominados de esta forma por su reducido tamaño).
Ya en el año 1400 la raza se había extendido por toda Gran Bretaña, Francia, Italia y Grecia, estando presente en prácticamente todas las propiedades campestres.
Durante el 1700 existieron dos razas utilizadas para la cacería del conejo: el North Country Beagle (más veloz) y el Southern Hound. A pesar del éxito que tuvieron, la caza del zorro provocó que los Beagles perdiesen terreno progresivamente, a favor de los Foxhounds.
Afortunadamente, los Beagle dieron el salto a los Estados Unidos durante la década de 1870, volviéndose muy populares. Fueron Norman Elmore (Nueva Jersey) y Richard Rowet (Illinois) quienes importaron Beagles ingleses con excelente pedigrí.
Hasta ese momento, los Beagle ingleses habían sido criados para alcanzar la altura de 37 a 42 centímetros en la cruz pero en América se quiso reducir, dando lugar a ejemplares con tan sólo 25-30 centímetros de altura.
Años después, el Beagle, que había sido criado y adiestrado exclusivamente para la caza, pasó a popularizarse como animal de compañía.
Es un perro relativamente tranquilo, muy juguetón y dulce por lo que se lleva estupendamente con los niños. Seguro de sí mismo y valiente pero no agresivo. Necesita paseos diarios así como un buen cepillado cada semana.
Al ser un perro de rastreo, posee un sentido del olfato muy desarrollado. Constitución robusta y compacta, cabeza ancha en el cráneo y libre de arrugas. El hocico es cuadrado y recto, con nariz negra y fosas nasales bien desarrolladas. Las orejas tienen la punta redondeada, cuelgan dobladas, son anchas y de nacimiento bajo. Ojos de color marrón avellana que muestran un rostro de dulzura.
Cola larga, fuerte, repleta de pelo y con inserción alta (no debe enroscarse sobre la espalda). Mandíbulas fuertes y con mordida de tijera perfecta, completa y regular (los individuos superiores se superponen estrechamente a los inferiores y se implantan verticalmente en los maxilares). Los muslos son musculosos, las rodillas anguladas y los pies compactos, firmes y bien articulados, con almohadillas bastante fuertes (uñas cortas).
Se le conoce también por el nombre de Pequeño Sabueso Inglés.
Peso: 31 a 35 lbs. (14 a 16 Kg).
Altura: De 33 a 40 cm. (13 a 16 pulgadas).
Color
Generalmente es negro, marrón (tricolor) y blanco aunque resulta aceptable cualquier color reconocido para los sabuesos (a excepción del color hígado). La punta de la cola debe ser blanca.
Pelaje El pelo es liso, corto y bastante grueso.
Cuidados
Debes cepillarlo a diario con un cepillo de cerdas duras. No necesita baños frecuentes pero los oídos deben estar siempre limpios ya que es propenso a infecciones. Necesita paseos diarios ya que tiene mucha energía por liberar.
La raza puede presentar epilepsia, trastornos genéticos oculares u obesidad.
Entrenamiento
Aunque es un cazador nato, el Beagle tiende a ignorar todo lo que le rodea en cuanto encuentra un rastro a olfatear. Entrénalo a temprana edad y en entornos sin demasiados olores para evitar la distracción. Es algo testarudo y requiere mucha paciencia ya que puede mostrarse muy desobediente.
Actividad
Adora las caminatas diarias largas y enérgicas.
Longevidad
La raza alcanza los 12-15 años.
Escrito por Jaime Trujillo Escobedo
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