La agresividad en un perro o la tendencia al comportamiento agresivo suele ser un factor hereditario, por lo que cada animal podrá padecer un grado diferente.
Es considerada un trastorno en el comportamiento y es algo que puede corregirse con el paso del tiempo, desde que el perro es un cachorro, época durante la cual hay que estar atentos ya que puede adquirir un comportamiento agresivo, tímido y asustadizo que nos perjudicará en el futuro.
Es importante que sepamos que un castigo puede empeorar la situación.
Seguidamente veremos un conjunto de medidas que nos ayudarán a prevenir el comportamiento agresivo y convertirán a nuestro cachorro en un futuro compañero sociable.
Comencemos por conocer la forma de jugar. Procuremos no hacer movimientos agresivos, bruscos o retadores.
También es fundamental que no expongamos al perro ante situaciones peligrosas o dónde pueda sentirse amenazado / perseguido.
El castigo nunca debe utilizarse en la educación (sobre todo si se trata de cachorros).
En caso de que el animal conviva con niños, evitemos los castigos o los gritos hacia estos últimos delante del perro, así como dejar a los niños solos sin la supervisión de un adulto.
Escrito por Jaime Trujillo Escobedo