Como sucede con otros animales, los canarios también pueden cruzarse con pájaros pertenecientes a una especie diferente.
Este procedimiento utilizado en la cría de canarios tiene también sus inconvenientes: las cosas no salen siempre según lo pensado.
Es normal que una canaria construya su nido y haga su postura, pero obteniendo huevos claros (los cuales no están fecundados) y por tanto desperdiciando la nidada.
También es muy común el precisar como la canaria no acepta a su compañero, limitándose sólo a los de su misma especie.
Afortunadamente existen ciertas indicaciones que nos ayudarán a tener éxito con esta clase de cruces...
Se suele utilizar una canaria de dos a cuatro años, asegurando así su experiencia en la crianza de polluelos y los resultados suelen ser prometedores...
La hembra siempre debe ser canaria (y procurando que no haya criado previamente, con lo que debe ser joven).
Adquiriendo un canto muy notable, estos polluelos mixtos suelen proceder habitualmente de un cruce con jilguero europeo.
Aún así, también se realizan cruzamientos con otras especies, como el frailecillo, el verderón, el cabecita negra, el pardillo, el verderón o el ubano (además de mixtos).
Gran parte de estos pájaros pueden encontrarse en pajarerías especializadas y su precio no suele ser excesivamente alto.
Los pichones obtenidos en una nidada mixta son más fuertes y su voz tiene tonos mucho más agradables que la del canario común, siendo más suave y dotada de gorjeos más elegantes.
También debe decirse que utilizan varias notas del pájaro de la especie contraria (en la mayoría de las veces, están mejoradas) y conservan las del canto usual emitido por los canarios.
El color de la canaria suele variar, aunque es muy común utilizar una hembra de color blanquecino ya que será más productiva (también se utilizan las canarias amarillas). El resultado podrá comprobarse en el hermoso color del plumaje de los pichones.
Escrito por Jaime Trujillo Escobedo