Bejín gigante
Langermannia (Bovista) gigantea
Langermannia (Bovista) gigantea: No comestible
Esta seta, perteneciente a la clase de los Basidiomicetos, al orden de los Licoperdales y a la familia de las Licoperdáceas es profundamente conocida gracias a su extraordinario crecimiento.
Puede desarrollarse por completo hasta convertirse en un ejemplar adulto en el plazo de un día, es decir, de la noche a la mañana.
No suele verse a menudo y, a pesar de crecer en terrenos no cultivados, parques, jardines o áreas húmedas, es poco frecuente.
Aunque es una seta no comestible, los ejemplares jóvenes pueden consumirse, como se suele hacer habitualmente, acompañándolos con jugo de limón y cortados en rebanadas que se sofríen en mantequilla.
Otro rasgo muy importante que caracteriza al Bejín gigante es, como su nombre indica, la particularidad de tener un gran tamaño.
Su diámetro puede alcanzar los 40 centímetros (llegando a superar esta medida) y su peso llega a ser de 25 kg.
Tiene una envuelta de color blanco, de textura lisa, y que suele conocerse como “cabeza de muerto”.
En el interior del Bejín gigante encontramos una preciosa gleba, compacta y blanquecina que evoluciona hasta adquirir una tonalidad verdosa, cambiando finalmente a un color parduzco. Al madurar las esporas, su textura la transforma en una esfera pulverulenta.
Para terminar debo decir que existen otras dos formas de setas, a parte de la previamente descrita, que son: la de los pestizales de montaña, que se ve con mayor frecuencia, es más compacta y tiene un mayor tamaño y la de las llanuras, la cual tiene una fina y ligera carne que se deshace con facilidad.
Escrito por Jaime Trujillo Escobedo