Trasplantar una planta

Es normal que en ocasiones nos veamos obligados a trasplantar una planta o simplemente queramos cambiarla de sitio. Antes de realizar dicha tarea sería aconsejable que tuvieses en cuenta los siguientes consejos.

Una planta jóven se adaptará mucho mejor al nuevo terreno que una planta vieja. Aunque depende del sitio en el que vivamos, la estación adecuada para trasplantar es el invierno.

Durante dicha estación, la planta está en en letargo por lo que concentrará energías suficientes para recomponerse. Para evitar que el sistema radicular se dañe, sacaremos la planta con el cepellón completo (el bloque de tierra que contiene las raíces).

También depende de la planta. Si se trata de una planta con mucho follaje, se recomienda atar sus ramas para evitar que se rompan. Debemos humedecer la tierra que rodea la planta el día anterior para facilitar el trasplante.

Cuando tengas la tierra húmeda, debes seguir los siguientes pasos para sacar el cepellón.

Comenzaremos envolviéndolo con una malla o un plástico para evitar que se desarme.

Antes de introducir el cepellón en el agujero definitivo, prepararemos la tierra de éste.

Para preparar la tierra, podemos usar abono o algún nutriente natural. Una vez nutrida la tierra introduciremos la planta, presionando la tierra por los lados para fijarla. Por último, para estimular la función radicular la regaremos.

Debemos tener en cuenta que, para prevenir el gasto de agua podemos reducir el número de ramas y hojas cortadas mediante una poda o proporcionar algo de sombra a las plantas para que necesiten menos riego.

Al hacer esto, las plantas tendrán un reposo natural durante el tiempo de adaptación a la nueva tierra y disminuirán su metabolismo general.

Escrito por Jaime Trujillo Escobedo