La peritonitis infecciosa felina es una enfermedad muy peligrosa. Es una enfermedad mortal, y, en ocasiones, muy difícil de detectar.
A pesar de estar repartida al rededor de todo el mundo, normalmente suele detectarse cuándo nuestro gato ya está muerto.
Los síntomas que aparecen son raramente identificables y suelen descubrirse cuándo la enfermedad ya está muy avanzada.
Como la mayoría de las enfermedades, la fuente de contagio es el contácto. Al juntarse con otros gatos, nuestro amigo podría contagiarse, así como usando bebederos, comederos, ropas contaminadas o bandejas de arena.
Cuándo el gato está enfermo, no tiene apetito, sufre una fiebre pasajera (pudiendo así hincharse a tripa por acumulación de líquidos), se siente débil y sus órganos empiezan a funcionar mal, así como a inflamarse.
La vacunación es el único método que podría prevenir la enfermedad.
Escrito por Jaime Trujillo Escobedo