Los dedos de las patas posteriores del gato están provistos de uñas retráctiles, herramientas de gran utilidad que junto con la cola, que actúa de pértiga, abren a estos felinos las puertas de la tercera dimensión. Las uñas aseguran una correcta tracción al correr, algo así como las zapatillas de clavos de los sprinters. Afiladas como una navaja, sirven para agarrar con firmeza una presa, actuando con armas temibles que les permiten defenderse o pelearse, que participan asimismo en las labores de “aseo” (rascado) y por último permiten al animal trepar por obstáculos verticales.
Para trepar, los gatos utilizan la espalda y las patas posteriores. Si se trata de subir a un árbol, se sirven de sus uñas para agarrarse a la corteza como si fueran los garfios de un alpinista. Cuando se trata de bajar del árbol, el asunto es bastante mas delicado.
En este caso, las uñas están curvadas en la dirección incorrecta, con lo cual no sirven para mantener el cuerpo agarrado al árbol, y además, los músculos no tienen fuerza suficiente para soportar el peso del cuerpo. Por tanto si desciende del tronco con la cabeza por delante, el gato se desequilibrara totalmente hacia abajo. Sin embargo existen algunas razas capaces de realizar esta acrobacia, como el gato noruego de los bosques.
En la mayoría de los casos, la solución mas sencilla, y también la as segura, es bajar hacia atrás. Un gato adulto y experimentado lo consigue sin problemas; sin embargo, los cachorros y algún que otro gato adulto miedoso deberán esperar pacientemente a los brazos salvadores de sus dueños o de los bomberos.
Las uñas permanecen retraídas dentro de los alvéolos de los dedos hasta que el animal las necesita. De este modo están protegidas de uso exclusivo.
Escrito por Jaime Trujillo Escobedo
Para trepar, los gatos utilizan la espalda y las patas posteriores. Si se trata de subir a un árbol, se sirven de sus uñas para agarrarse a la corteza como si fueran los garfios de un alpinista. Cuando se trata de bajar del árbol, el asunto es bastante mas delicado.
En este caso, las uñas están curvadas en la dirección incorrecta, con lo cual no sirven para mantener el cuerpo agarrado al árbol, y además, los músculos no tienen fuerza suficiente para soportar el peso del cuerpo. Por tanto si desciende del tronco con la cabeza por delante, el gato se desequilibrara totalmente hacia abajo. Sin embargo existen algunas razas capaces de realizar esta acrobacia, como el gato noruego de los bosques.
En la mayoría de los casos, la solución mas sencilla, y también la as segura, es bajar hacia atrás. Un gato adulto y experimentado lo consigue sin problemas; sin embargo, los cachorros y algún que otro gato adulto miedoso deberán esperar pacientemente a los brazos salvadores de sus dueños o de los bomberos.
Las uñas permanecen retraídas dentro de los alvéolos de los dedos hasta que el animal las necesita. De este modo están protegidas de uso exclusivo.
Escrito por Jaime Trujillo Escobedo