Jacobina
Jacobinia carnea
La Jacobina es una planta arbustiva que alcanza el metro de altura. Pertenece a la familia de las acantáceas y posee hojas de color verde oscuro, gofradas y coriáceas.
Las flores son rosadas y se agrupan en poblados racimos; abriéndose desde en agosto y perdurando hasta septiembre.
Puede colocarse tanto aislada como en un jardín o galería. Tolera el sol directo y requiere mucha luz. Prefiere temperaturas altas (de 18ºC a 20ºC) durante el periodo de vegetación y floración.
Los riegos deben ser muy frecuentes y el mantillo debe estar siempre húmedo. Para conseguir una mayor floración al siguiente año, reduce los riegos y la temperatura (13ºC como máximo) así como el abono durante un corto periodo a modo de reposo.
Si las hojas se debilitan o se ponen amarillentas y terminan cayendo podría deberse a tres factores: la falta de agua, la falta de abono o a un proceso completamente normal si se produce en las hojas viejas que forman la base.
El trasplante se realiza cada 2 o 3 años y utilizando un mantillo suelto y rico.
El abonado debe hacerse de abril a junio, cada quince días.
Para podarla, despunta los brotes jóvenes durante la primavera (obtendrás una mejor ramificación) y retira cualquier hoja marchita.
La multiplicación (en primavera) se realiza mediante esquejes terminales que se introducen en un substrato ligero y se sitúan en un ambiente cálido y húmedo. Desde que aparecen las primeras raíces se trasplantan a macetas individuales, haciendo uso del mismo mantillo utilizado en el trasplante.
Los brotes jóvenes de la Jacobina son sensibles a los pulgones.
Escrito por Jaime Trujillo Escobedo