La ubicación del canario es muy importante. El lugar adecuado es aquel que permite expulsar los contaminantes que el pájaro produce durante la respiración, es decir, vapor de agua y anhídrido carbónico (ambos saturados hasta terminar con el oxígeno, fundamental para la vida).
Es fundamental que haya mucha ventilación en el ambiente y, en caso de utilizar una estufa en el hogar, escoger una que contenga un tubo de evacuación de humos hacia el exterior.
De esta forma evitaremos que el ambiente se reseque demasiado, algo que sucederá si hacemos uso de una estufa sin tubo de evacuación de gases (los cuales se desplazarán por todo el recinto, mezclándose con el oxígeno y provocando una dificultosa respiración).
Se debe decir también que las estufas eléctricas, a diferencia de las anteriores, no consumen oxígeno.
Si el espacio destinado al canario es pequeño, es muy importante que dote de alguna ventana o abertura para ventilarse (siempre y cuando el abrirla no influya en la temperatura).
Puede decirse que la temperatura adecuada para los canarios está entre los 18ºC y los 22ºC. Aún siendo temperaturas más bien cálidas, estos pájaros pueden soportar sin problemas, grados mucho más extremos, tanto de calor como de frío.
Para regular la temperatura no es aconsejable airear forzosamente el ambiente u ofrecerle grasas al pájaro y se debe tener muy en cuenta las oscilaciones de más de 7 grados (durante pequeños intervalos de tiempo), ya que pueden resultar muy perjudiciales para la salud del canario.
Escrito por Jaime Trujillo Escobedo