Kentia
Howea Forsteriana
Esta palmera es enormemente conocida por sus decorativas, acintadas y flexibles hojas verdes.
Su lugar de origen es la Isla de Lord Howe (al Este de Australia).
Llega a alcanzar una altura de 1,80 - 2 metros y carece de flores o frutos.
Estamos ante una planta de aspecto muy exótico que se instala en una galería o una habitación, casi siempre de forma aislada.
Entre los meses de abril a septiembre se realiza el abonado, cada 15 días.
El riego debe ser frecuente pero moderado, ya que el agua estancada puede resultarle fatal.
Es importante saber que, durante el verano, el follaje debe vaporizarse con agua.
El lugar idóneo para colocar una kentia sería un espacio luminoso, claro y cálido, con temperaturas de 18-20ºC en verano y mayores de 10-12ºC en invierno. El sol directo también puede causarle daños, por lo que trataremos de evitarlo.
Puede ocurrir que las hojas adquieran un color negruzco, lo que se solucionará reduciendo el riego.
Un ambiente demasiado seco y la falta de humedad en el follaje provocará la caída de las hojas, que previamente se secarán.
Para podarla bata con arrancar las hojas amarillas o secas.
Durante la primavera y utilizando una mezcla a base de mantillo de hojarasca y turba, la trasplantaremos (cada 2 ó 3 años), teniendo muchísimo cuidado con el cepellón ya que es muy sensible.
La multiplicación de la kentia es bastante complicada y se realiza por semilla.
Es muy sensible a los pesticidas, las cochinillas, las arañas rojas y los pulgones. Si aparece alguna de estas plagas será conveniente actuar lo antes posible.
Escrito por Jaime Trujillo Escobedo
Una preciosa palmerita, sencilla de cuidar, aunque se fastidia por la punta de sus hojas en un ambiente demasiado seco...
Un besote Jaime!
Cierto Laube, aunque si vaporizamos el follaje frecuentemente no tendremos ningún problema.
Es una planta muy exótica, me gusta mucho ☺.