Podemos regar nuestro césped de muchas maneras, desde los modernos sistemas inteligentes que incorporan sensores de lluvia y programas anuales, a los simples mecanismos de riego que se conectan manualmente mediante mangueras.
En función de la zona climática en la que nos encontremos y de la extensión y características de nuestro césped, serán más indicados unos u otros sistemas de riego.
Para las zonas mediterránea y continental, siempre resulta muy interesante el uso de sistemas de riego y válvulas eléctricas. Un buen sistema de riego debe ofrecer una cobertura uniforme a toda la superficie del césped, es decir, el agua debe alcanzar todas las zonas por igual. Gran parte de céspedes de nuestro país cuentan ya con instalaciones fijas de riego enterradas que ocupan toda la extensión del césped.
Estas instalaciones pueden accionar diferentes elementos de riego que se elevan con la presión del agua, tales como:
- Difusores
- Aspersores de impacto
- Aspersores de turbina
Estas instalaciones fijas, permiten ser automatizadas totalmente, son las que nos ofrecen las mayores garantías de buen riego y las que cuidan y economizan mejor el agua.
En el mercado también hay sistemas de riego manuales o semimanuales, compuestos por diferentes tipos de elementos de riego móviles tales como aspersores oscilantes, giratorios, de impacto, etc., que van montados sobre diferentes soportes móviles y se conectan a una manguera.
Los sistemas manuales solo se recomiendan en la zona atlántica, en la que sólo son necesarios pequeños riegos de esfuerzo en verano para disponer de un buen césped todo el año.
En el resto de las zonas, solamente son recomendados si tenemos extensiones de césped reducidas, jardines pequeños, etc.
Escrito por Jaime Trujillo Escobedo