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A mis trece años de edad, el día 2 de Diciembre de 2007 inicié ‘El Balcón de Jame’. Este humilde espacio, cuyo secreto siempre fue el de compartir sin recibir nada a cambio, me dio la oportunidad de conocer un mundo nuevo, un entorno en el que me sentía yo mismo.

Hoy, 17 de abril de 2011 finalizo esta etapa de mi vida con una gran sonrisa y junto al recuerdo que este blog y cada unos de vosotros me habéis concedido.

He sido bloggero.

Jaime Trujillo Escobedo.

LAS BOLAS DE PELO


Como todos sabemos, el gato es un animal limpio por naturaleza, y por ello se asea lamiéndose el cuerpo varias veces al día. Se limpia el sólo varias veces al día. Ya te habrás dado cuenta que es uno de sus mayores entretenimientos diarios y al que dedica mucho tiempo.

Pues bien, este hábito tan favorable para su higiene, a veces puede jugarles una mala pasada. La lengua áspera, debido a la rugosidad de sus papilas gustativas, se convierte en un cepillo que arrastra los pelos muertos. La lengua del gato trabaja como un verdadero cepillo y al pasar por su cuerpo, suelta el pelo muerto. La mayor parte de éste acaba siendo tragado y puede llegar a formar bolas de pelo en el estómago. El gato ingiere grandes cantidades de pelo que, sometido a los distintos procesos de la digestión, forma bolas más o menos grandes.
Al ser ingeridos pueden ocurrir varias cosas: Estos ovillos pueden transitar por el intestino sin causar daños en el felino, en cuyo caso los encontraremos en las heces. Hay ocasiones en los que sí provocan un malestar importante en el gato. Aunque si son pequeñas, por lo general, terminan siendo expulsadas con uno o varios vómitos.
La situación se complica, cuando las bolas atraviesan el píloro y se dirigen al intestino delgado. Ya aquí, pueden seguir causando vómitos, pero no son expulsadas. Si no son demasiado grandes, pueden continuar su camino por el intestino, y luego ser eliminadas con las heces como hemos comentado anteriormente. La situación es realmente grave, cuando estas bolas son demasiado grandes y quedan retenidas en el intestino.

Cuando esto ocurre se produce un estado de malestar general en el animal, que puede culminar en una pérdida total del apetito y de las funciones intestinales, ocurriendo una oclusión intestinal. En estos casos debemos recurrir al veterinario. En los casos graves el veterinario hará progresar la bola de pelo a través de todo el intestino hasta llegar al ano. En los casos muy graves, sin embargo, el veterinario se ve obligado a cortar la pared intestinal para extraer el cuerpo extraño: se trata, sin embargo, de una intervención bastante rara.
Esta situación debe resolverse quirúrgicamente, para liberar el paso, porque sino el resultado en el felino será la muerte.

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El Balcón de Jaime fue terminado el 17 de abril de 2011. Leer despedida.

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